sábado, 30 de enero de 2010

TRANSMISIÓN


Hay un ritmo en el aire, que dá
vueltas, inunda el espacio de cada
hogar, otorga incontables oleajes
de descarga vital
de repentina toxicidad colonial
de beatífica fuente purificadora.
Hay una emulsión grandiosa
que quieren vengar esas bocas
injustamente desnitridas, el precio
a veces es demasiaod alto,
pero ellos lo dosifican,
para que los corazones atormwntados
no se inhunden
en el generoso tropel
de dádivas inocentes
a veces tan inésperadas que sofocan
a veces tan hermosas que duelen.

Es la respuesta inconlusa,
la sonrisa salvaje y burlona
de quien pedia en desgarrador silencio
en las pobladas noches de masa y calor:
"Consumíos en el atrío de cemento
como los sucios perros limosneros
y descarados que sois.
Consumíos, consumíos sin piedad
y yo les regalaré el fuego
necesario en el momento
indicado"
Es el alivio a tanta súplica abnegada
en el frío escaparate de cristal
ante el desfile de imposibles
bellezas.

Hay un ritmo en el aire
pegadizo hasta el hartazgo
inclemente en la piedad.
desquiciado. mala leche.
Y eternamente eficaz
Hay un ritmo, pero no
es lo que queremos

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